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CON LA DEMOCRACIA, ¿SE VIVÍA MEJOR?


 

La ruta democrática que, con altibajos siguió Venezuela desde 1945 hasta el advenimiento de esta “revolución”, está íntimamente relacionada con la trayectoria de los partidos políticos AD y sus divisiones MIR, ARS, MEP; con los tradicionales Copei y URD, con el partido uslarista FND, con los izquierdistas PCV, MAS, PRIN, VPN, FDP, con el MIN de Ottolina, y el emergente a destiempo NGD, entre otras organizaciones. 

Y por supuesto con los líderes Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, entre muchos otros.

El 4 de febrero de 1992, surgió el carismático Hugo Chávez, que supo capitalizar la decadencia del sistema y en pocos años llegó a la presidencia de la república, iniciando el largo ciclo de esta “revolución” que padecemos los venezolanos.

Hoy haremos un somero análisis comparativo de esas dos etapas, Democracia, y “Revolución”, a objeto de extraer lecciones que puedan ser útiles en el urgente diseño de una nueva Venezuela.

AQUELLOS POLÍTICOS QUE NOS GOBERNARON

La generación del 28 fue un punto de inflexión. Representó un nuevo liderazgo que adelantó una propuesta democrática moderna, y nuevos esquemas de desarrollo. 

Al morir Gómez, militares como López Contreras, Medina Angarita y otros, supieron dirigir la transición post gomecista.

A partir del golpe del 18 de octubre, se plantea al país una democracia representativa moderna, una explosión educativa, un proceso de industrialización en un país sin empresarios, cambios profundos en el agro, y una eficiente relación con la industria petrolera, que ya venía desde Medina. Una nueva generación lidera al país.  Betancourt, político e intelectual, encabezó la organización de AD y su concepto policlasista. Jóvito Villalba, líder de URD, de gran visión y carisma. Rafael Caldera, fundador del socialcristianismo en Venezuela. Raúl Leoni, experto laboral y político de altura. Podríamos seguir con Gonzalo Barrios, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Prieto Figueroa, Ruiz Pineda, Arturo Uslar Pietri, Otero Silva. La lista es interminable y sé que injusta porque deja mucha gente afuera. Pero la idea es mostrar la gente capaz que forjó la democracia, apoyada por la entonces joven generación del 45, muy vapuleada; pero que la historia la colocará en su justo sitio.

Ente todos construyeron esa democracia con muchos defectos; pero que agregó tanto valor al país, por décadas.

EL PACTO DE PUNTO FIJO

Pérez Jiménez significó diez años de oprobio, que para permanecer en el poder requirieron de presos y torturados en los sótanos de la Seguridad Nacional, de Guasina y de Sacupana, y de miles de exiliados, así como de dos fraudes electorales.

El 23 de enero de 1958, Wolfang Larrazábal, un militar demócrata a quien no se le ha reconocido su maravilloso rol, encabezó la salida del dictador y luego la transición hacia la democracia.

El 31 de octubre de 1958 se firmó el Pacto de Punto Fijo. Lo acordaron Betancourt, Caldera y Villalba, a objeto de hacer un equipo que respaldara la sostenibilidad de la democracia.

LA PRIMERA ETAPA DE LA DEMOCRACIA

El presidente Betancourt, acosado por los militares y por la izquierda encabezada por Fidel Castro, logró sobrevivir. Las divisiones de AD, dejaron al partido sin juventud.

Luego los presidentes Leoni y Caldera continuaron derrotando a la subversión y emprendieron un exitoso proceso de pacificación.

Los logros de ese período son claros. La inflación fue de un dígito bajo. El poder adquisitivo iba en ascenso. La explosión educativa impactó por décadas la calidad profesional y técnica de Venezuela.  Hubo crecimiento significativo de las ciudades del interior. Crecimiento de la producción industrial y agrícola. Autopistas, caminos agrícolas, puentes sobre el Lago de Maracaibo y Río Orinoco. El majestuoso Guri y otras represas. La CVG con su hierro y aluminio. Fundación de Ciudad Guayana y muchas obras más, impresionantes desarrollos urbanísticos. En quince años…  y en democracia.

Como contrapartida, se aceleró el crecimiento de la marginalidad en los cerros de Caracas y en las grandes ciudades, y comenzó el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones.

SEGUNDA ETAPA

Se inicia con el triunfo de CAP, que coincidió con la espectacular alza de los precios del petróleo. Se nacionalizaron el petróleo, el hierro y el aluminio. Obras extraordinarias: Programa de becas Ayacucho, adelanto de Guri, creación de hospitales, escuelas y universidades, módulos de Apure. Logros laborales.

Sin embargo, se generó una gigantesca deuda y se duplicó la burocracia. Se implantó un capitalismo de estado.

En el balance, no se administró la “bonanza con criterio de escasez”. Al cabo de diez años la súbita riqueza dio paso a una obligada devaluación por falta de divisas, inflación, improductividad. Y se manifestó un drástico vencimiento de los resortes morales.

Los presidentes Luis Herrera y Lusinchi apenas trataron inútilmente de tapar goteras.

En su segundo período, CAP trató con mucha resistencia, de enrumbar al país con un esquema liberal. Implantó un paquete de medidas económicas a objeto de desmontar protección, subsidios, burocracia, estabilizar los déficits y en síntesis construir una economía competitiva. Cuando medidas comenzaron a dar resultados: la inflación bajaba, la moneda se estabilizaba y el crecimiento era récord en América Latina; surgió la intentona golpista del 4Fsecundada por la del 27N. Fracasos militares y triunfo político. A partir del 4F, el paquete de CAP perdió fuerza. En 1993, renunció a la presidencia como un triunfo de los “notables”, que están a la espera de la factura de la historia.

Luego el presidente Caldera y su superministro Petkoff enderezaban con cierto éxito los entuertos; pero el precio del petróleo se desinfló, y en medio la pérdida de credibilidad de los lideres tradicionales, el nuevo mesías Hugo Chávez, cual flautista de Hamelin, convenció a los venezolanos para que lo siguieran (hacia el barranco). Planteó el derrumbe de todo, para construir un nuevo país.

–      Que frían las cabezas de los adecos… y de los copeyanos – era vox populi.

Lamentablemente, en lugar de perfeccionar la democracia, el pueblo prefirió acabarla. Arrastrando lo malo… y lo bueno. Y votó por Chávez.

Sin echarle la culpa a nadie…cada quien que asuma su responsabilidad.

LA “REVOLUCIÓN”

Llegó el comandante y mandó a parar. Con el apoyo de los electores, y de algunos medios   de comunicación que creyeron que Chávez era un atajo para llegar al poder.

En una ilusión de armonía, como diría Naim, y aprovechando el gigantesco boom petrolero de años que le tocó, la “revolución” utilizó los ingresos petroleros para posicionarse políticamente a nivel internacional, para el despilfarro y para el grosero enriquecimiento de muchos de sus adláteres. Y llenó al país de dádivas que reflejaron buenos indicadores sociales y de consumo, mientras paralelamente de destruía la economía con base en exprópiese, invádase, empresa cerrada empresa tomada, el millardito y toda una política exprofeso de destruir el país para comerte mejor.

No es ni casual ni equivocación la destrucción de Pdvsa, el desvalijamiento del Guri, el despilfarro sin culpables de Tocoma, el acabose de las empresas telefónicas, de agua y de servicios.

Cuando se acabaron las divisas de Pdvsa, la “ilusión de armonía”, dio paso al hambre, que amenaza con convertirse en la primera hambruna petrolera de la historia.

Todo estaba cual chapulín, fríamente calculado. El derrumbe de la producción nacional era una meta de la destrucción estratégica… para comerte mejor y permanecer para toda la vida en el poder. El modelo cubano.

El resultado de veinte años de “revolución”: récord mundial de inflación, de devaluación, pensiones y sueldos para indigentes; seis millones de venezolanos que se han ido, lo que genera familias rotas; índices de pobreza y de desempleo vergonzosos para un país con tanto potencial, hambre, y casi cero en infraestructura.

No solo no han construido, sino que lo que existía… está desmantelado. La democracia construyó Pdvsa y la “revolución” la destruyó… construyó el Metro, orgullo de la democracia y la “revolución” lo ha convertido en una vergüenza… construyó extraordinarias universidades autónomas y la “revolución” las arruinó… construyó la CVG e idem…sume y siga…

¿CON QUIÉN SE VIVE MEJOR?

¿Qué cree usted? No hay que ser genial para responder esta pregunta. No hay comparación posible.

La democracia, con todos sus defectos, es infinitamente superior a la “revolución”. Acepto debate (de altura).

El período democrático trajo calidad de vida, y esta “revolución” un período tan terrible que parece de guerra.

¡Ah!, y por ser demasiado obvio, no he querido comparar a “aquellos políticos que nos gobernaron”, con estas luminarias que hoy nos gobiernan.

Nos corresponde rescatar la democracia. No podemos entregar a las siguientes generaciones este país roto. Somos más y tenemos razón. ¿Entonces?

País desvencijado solicita liderazgo que capitalice las grandes mayorías. Urgente.

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Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!

Esta columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21, así como en la revista Petroleum.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.

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