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AFGANISTÁN, EN PLENO SIGLO XXI


 

Demuele observar el video de los padres afganos en el muro del aeropuerto de Kabul, entregándoles sus hijos a los militares norteamericanos para que los saquen del país, sabiendo que más nunca los volverán a ver. Madres que, imitando a la madre verdadera del pasaje bíblico de Salomón, prefieren separarse de sus hijos que someterlos a la revolución talibana. Y más duele el comentario de que en la extrema desesperación algunos bebés son arrojados a los militares y caen en los alambres de púas. U observar a la gente que de manera suicida huye agarrándose de los aviones. ¿Qué es eso?

Y esto sucede en pleno siglo XXI. Borges en su monumental “Historia de la Eternidad” plantea: “si el tiempo es un proceso mental, ¿cómo lo pueden compartir miles de hombres, o aun dos hombres distintos?” La verdad es que la medieval imagen de las desesperadas madres afganas, opera en el tiempo real de usted y en el tiempo real mío. ¿Y si fueran sus hijos? … más de dos siglos después de la Revolución Francesa.

¿Un lunar en el tiempo? ¿La humanidad en el nombre de la soberanía debe permitir que se apliquen esas medidas en ese país? La ONU, tan hacendosa cuando Hussein quiso tomar para sí el petróleo de Kuwait, ¿debe mirar para otro lado con esa barbarie? Los bebés, la esclavitud a que someterán a las mujeres, las limitaciones educativas y culturales, la vejación por llevar la bandera de su patria, la inexistencia de libertades de cualquier tipo…

El mundo ya es uno solo. El cambio climático, la contaminación, la destrucción de los mares y de los bosques, son problemas que nos afectan a todos porque ya el ser humano ha desarrollado una capacidad depredadora superior a la del planeta de recuperarse, y las consecuencias son universales.

 El peligro nuclear se acrecienta todos los días, cada vez más países (léase más disparatados mesías), poseen bombas capaces de sacar a la tierra de su eje. A alto costo, ya sabemos que las pandemias globales existen y nos cambian la vida a todos los habitantes de la tierra.

Este es un siglo prodigioso y peligroso. Requiere de cambios en nuestro ADN moral y social para llegar a buen puerto al siglo XXII. Los portentosos avances tecnológicos deben ir acompañados de cambios drásticos en la gobernabilidad del mundo. Es la única manera de pasar de siglo… la humanidad, porque el planeta siempre seguirá y duele decirlo, más cómodo sin nosotros.

Los nuevos polos políticos del planeta

La segunda mitad del siglo XX estuvo marcada por la guerra fría y por el liderazgo bipolar URRSS y EEUU. Más de una vez estuvimos cerca de un acabose nuclear. La visión y el liderazgo de Kennedy, Krucheff y Juan XXII evitaron la conflagración atómica en 1962. El acercamiento de Nixon con Mao y con Brézhnev (tan diferentes los tres), llevó a una distensión que esperanzó al mundo. La caída de la URSS hizo pensar que, a lo Fukuyama, el hombre llegaba al fin de la historia, que ésta como lucha de ideologías, había terminado, y que se impondría un mundo basado en una democracia liberal, hasta el fin de los tiempos.

La realidad desmintió a Fukuyama. Durante el conflicto sirio se desarrollaron dos nuevos polos políticos. Por un lado, Rusia, China e Irán; y por el otro Estados Unidos, Europa y Arabia Saudita.

Con la llegada de los talibanes a Afganistán, a ambos polos políticos se les ven las costuras. Las consecuencias del abandono norteamericano de Afganistán son tan obvias, que parece realizada con el propósito de provocar esa debacle. Ya la “democrática” China, ha repetido apresuradamente la frase que los afganos arreglen internamente sus problemas. Sería bueno que les indicaran a las mujeres afganas la manera de que “arreglar” internamente la esclavitud a que las quieren someter. Y los rusos, están esperando que los talibanes “se porten bien” para darles el visto bueno.

Afganistán, ¿Un arreglo político de los nuevos polos?

Los talibanes emergieron en Afganistán como respuesta a la invasión soviética de hace más de cuarenta años. Eran enemigos; pero como en política no hay amigos ni ideologías, sino intereses, los rusos aplican hoy aquello de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

Los norteamericanos tuvieron gobiernos “amigos” en Irán y Afganistán hasta 1979, año del advenimiento de Jomeini en Irán, y de la llegada del comunismo a Afganistán.

Luego del atentado de las Torres Gemelas, los norteamericanos invadieron Afganistán buscando a Bin Laden y su grupo. Durante veinte hicieron de ese país su área de influencia. Con su salida, USA deja la mesa servida a China y Rusia.  

Corredor energético

Las reservas y producción de petróleo y gas de Afganistán son muy bajas. Parte del interés geopolítico se centra en su riqueza mineral. Además, es un productor de nivel mundial de amapola y el consecuente opio.

Pero, los vecinos de Afganistán son los países con más reservas de gas en el planeta. Rusia, el primero, Irán el segundo. Turkmenistán, posee la cuarta reserva de gas en el mundo. La zona, no lo dude, es la potencia mundial de gas. Casi que el monopolio.

De allí la construcción del gasoducto TAPI (Turkmenistán, Afganistán, Pakistán, India) a objeto de abastecer la zona trasladando el gas casi desde el Mar Caspio hasta la India. La zona sería gran abastecedor de gas para los vecinos, y en mediano plazo (sin incluir Afganistán; pero cerca) corredor de gas desde Rusia hasta Europa, evitando la conflictiva Ucrania. El suministro gas para Asia y Europa…

Hay que destacar que el potencial minero de Afganistán le hace mucha falta a la voraz China.

Por cierto, en la zona se ubican cuatro de los nueve países que poseen bombas nucleares (Pakistán, India, Rusia y China). Y cerquita, Israel.

Da la impresión que lo sucedido en Afganistán arregla uno de los conflictos de patios traseros en el globo. El de Asia Central. Espacios vitales para China y Rusia.

Queda pendiente, entre otros puntos, definir la influencia de los bloques geopolíticos en América Latina. ¿Se tratará de un intercambio de patios? ¿Obedecerá la negociación en México a esos designios? ¿Ya habrá preacuerdos entre las potencias? La historia se escribe todos los días.

DIÁSPORAS

El mundo no puede permanecer indiferente ante la diáspora afgana. Y ante ninguna diáspora. Cuando estas se dan, es huida de los pobladores ante regímenes que no les ofrecen una vida digna, y a veces ni siquiera vida.

Por su parte Venezuela, ya ocupa el primer lugar del mundo en volumen de diáspora. Superó a Siria.

La diferencia con Afganistán, es que en lugar de los padres entregar a los hijos, estos se fueron por su propia cuenta, a buscar oportunidades que les niega la “revolución”.

Hay más diferencias; pero todas las diásporas son síndromes de países destruidos.


Venezuela merece una industria petrolera de primera, que sea capaz de contribuir a la construcción de un país de primera. ¡Hasta cuándo!

Esta columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21, así como en la revista Petroleum.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.

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