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PETRÓLEO… ¿NEGOCIO O KARMA? (1/2)


 

El mundo asombrado se pregunta ¿qué pasó en Venezuela?, ¿cómo es posible que ese país tan próspero y prometedor de los setenta, haya transitado de la cima a la sima? Realmente nos ha pasado como en la parábola de los talentos. Nos dieron una buena cantidad de “talentos” que no hemos sabido aprovechar. Por ello estamos condenados, no a los infiernos, sino a padecer este desarticulado país candidato al nobel de la hambruna, en medio de un gran remordimiento de conciencia colectiva.

A nuestras generaciones nos entregaron un país próspero que hemos convertido en uno de los más pobres del planeta. Yo no fui, dirá usted improbable lector, y la verdad es que yo tampoco. Pero hablamos en colectivo y, además, sincerémonos. A cada uno nos corresponde nuestra parte de este fracaso nacional.  Es momento de analizarnos.  

Sin embargo, no es hora de llorar, sino de reconstruir. De analizar qué nos ha sucedido y concluir estrategias para materializar la frase de Venezuela un País para Renacer. No hay excusa, tenemos muchos recursos de todo tipo que nos muestran una gran potencialidad. Y el petróleo sigue siendo nuestro mejor pivote. Sí es posible construir una nueva industria petrolera.

La “revolución”, en su estrategia de destrucción convirtió a Pdvsa en un escombro. Y también al país. Nuestra labor es la reconstrucción, que incluye un cambio de modelo político y la máxima utilización de nuestros recursos, entre ellos el petrolero.

Es hora de transformar al petróleo en un negocio. Pero eso no es soplar y hacer botellas. Requiere de una estrategia integral.

¿ES POSIBLE RESCATAR EL NEGOCIO PETROLERO?

¿Tiene futuro el negocio petrolero? Hay factores que juegan a favor y otros en contra.

–      La Matriz Energética: La mayoría de las matrices plantean que en unos veinte años se dará el punto de inflexión de la demanda de hidrocarburos. Y que la caída será lenta. Tal vez, en el 2050 las energías limpias dominen el negocio energético. Es decir, debería haber un horizonte de por lo menos treinta años en el negocio. Hoy, las energías fósiles (petróleo, gas y carbón), representan las tres cuartas partes de las fuentes primarias de energía.

–      Las energías alternas: Ya la solar y la eólica son, con muchos bemoles técnicos, más económicas en la generación de electricidad. La transición energética avanza. Sin embargo, no hay todavía una disrupción que la materialice en fechas cercanas. Por otra parte, el cambio climático y la contaminación promueven investigaciones que podrían redundar en aceleración del cambio. Todo está en probabilidades. Y no hay que olvidar que el carbón fue “sustituido” por el petróleo hace más de cien años y todavía representa más de la quinta parte de las matrices energéticas. Lo mismo puede suceder con el petróleo y el gas.

Hay que tener presente que para que haya cambio energético se deben llenar tres condiciones: más limpio, más económico y mayor potencia energética.

–      Descarbonización: Se ha avanzado en la captura de carbono a lo largo de la cadena de valor de hidrocarburos. De lograrse una tecnología disruptiva en esta área, habría hidrocarburos para cien años, ya que minimizaría su influencia en la contaminación y el cambio climático. Sin embargo, el avance es, por ahora, lento.

–      Sobreoferta de crudos: Las tecnologías han superado al pico de Hubbert. Por todas partes aparecen reservas. El mercado de hidrocarburos parece que por mucho tiempo será de sobreoferta. Crudos que hace pocas décadas no eran rentables, como el Mar del Norte, Alaska, Canadá, los de lutita y hasta la faja del Orinoco, no solo se hicieron rentables, sino que inundaron el mercado. Y por ahí viene Vaca Muerta, o los crudos mar adentro de Brasil. Y en gas, las reservas no convencionales son superiores a las actuales, eso sin contar con los hidratos de metano. Ojo, esto no significa que los precios serán bajos. Hoy se habal de subida a 80 $ en poco tiempo.

Venezuela tiene la gran fortaleza de poseer la mayor cantidad de técnicos petroleros por kilómetro cuadrado, lo que hay que incorporar en el análisis como un importante factor.

Algunas de las preguntas que muchos venezolanos nos hacemos hoy desde el punto de vista petrolero son:

¿Alcanzarán los tiempos para explotar de manera rentable nuestros hidrocarburos? ¿Hasta cuantos barriles de producción podremos llegar? ¿Podremos competir ante tanto mercado perdido por la destrucción de la industria durante este desmantelamiento “revolucionario” que nos sacó del juego? ¿Cómo influirá el crecimiento previsto Guyana, Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos en nuestra competitividad? ¿Será la faja rentable? ¿Deberemos concentrarnos en nuestros livianos – medianos? ¿Habrá que explotar la lutita del Lago? ¿Conviene afincar nuestra estrategia en el gas? ¿Hasta dónde llega la potencialidad del gas de sustituir parcialmente al petróleo? ¿Hasta dónde deben llegar la operación y el control del Estado? ¿Habrá que abandonar el negocio, o es una promesa que podemos transformar en realidad con buena gerencia?

Seguramente todas las preguntas que hemos enunciado tendrán una sola respuesta: Depende.

¿Depende de qué?, de las estrategias que le apliquemos al negocio. Dentro de una buena estrategia, todo. De lo contrario…  pérdidas. Veamos.

LA CONCEPCIÓN DEL NEGOCIO

El negocio de los hidrocarburos es necesario conceptualizarlo. Allí se juega su éxito o fracaso.

Como todo negocio moderno debe ser Ganar- Ganar – Ganar… ganan todos.

Ganan los inversionistas, gana el Estado y gana la calidad de vida de los venezolanos.

No tiene sentido un negocio que sea para enriquecer a los inversionistas y a los gobernantes sin retribución a la población, como por ejemplo en la época de Juan Vicente Gómez cuando éramos los primeros exportadores de crudo en el mundo y el promedio de vida era 34 años, y teníamos 80% de analfabetismo en una población minada de paludismo y tuberculosos.

O enriquecer al Estado como en los años setenta, cuando a pesar de algunos éxitos, en el balance lo que privó fue un mega estado que la final de volvió flácido y hubo que contraer pingues deudas para mantenerlo.

O las hoy gigantescas y hasta groseras chequeras de “enchufados” en la banca internacional, mientras no hay manera de justificar el 50% de los ingresos petroleros.   

Se trata que ganemos todos y que el principal propósito del negocio petrolero sea contribuir con la elevación sustentable de la calidad de vida de los venezolanos y la construcción de una nueva dinámica económica.

Una industria próspera para un país próspero. Si vamos a construir una industria petrolera que no se refleje en calidad de vida, sino como ahora en hiperinflación, hambre y autoritarismo, es preferible … dejarlo así.  La industria debe ser para el bienestar de los venezolanos.

La conceptualización del negocio petrolero pasa por analizar: La Ley, la Gerencia, la Seguridad Energética, la Geopolítica y el Impacto en Venezuela.  En el siguiente artículo, trataremos este tema.

Nos despedimos con la idea central de lograr trasladar a los hidrocarburos desde el subsuelo, hasta la mente de los venezolanos. Es decir, el imperativo de gerenciar nuestro petróleo. Un negocio que requiere gigantescas inversiones, tecnología de punta y estrategia de alto nivel. Por cierto, de las tres escasea la actual Pdvsa.

Continuará…

Esta columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21, así como en la revista Petroleum.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.