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LOS BOTADOS DE PDVSA Y EL DIÉSEL

Por: Rafael Gallegos

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Ya es hora de buscar sin subterfugios el origen del desastre que padecemos. Ya basta de oír que Venezuela está en la quilla por culpa del bloqueo. El mismo cuento que le echaron a los cubanos durante más de sesenta años mientras lo convertían en el pueblo más flaco y reprimido de América.  Y para remate le decían “heroico pueblo cubano”.

Imitando a sus jefes cubanos, pronto los líderes de la “revolución” venezolana se solidarizarán con los mártires del bloqueo. Un pueblo – usted, su vecino y yo – que “heroicamente” resistiremos la falta de alimentos (hambre), de dinero para pagar los autobuses, de trabajo porque acabaron con las empresas, de hospitales porque están más enfermos que los pacientes, de universidades e institutos educativos porque los maestros y profesores se niegan a trabajar gratis, de sueldos y pensiones inútiles.

Le dirán con orgullo al “pueblo” que es heroico porque resiste el martirio provocado por el imperio. Y como en Cuba, los líderes condecorarán a los famélicos “héroes de la revolución” con medallas de lata que no espantan el hambre, y luego de un bello discurso se retirarán a sus lujosas residencias para disfrutar de las delicias de su enchufe particular.

 El DIÉSEL

Imagínanos que la escasez de diésel que padece Venezuela también debe ser culpa del “bloqueo criminal”. Nada que ver con las refinerías desvalijadas por ellos mismos, que producen combustibles a nivel mínimo y un día sí y un día no.

Así estamos. No hay diésel por el bloqueo, ni gasolina por las sanciones, ni producción de petróleo y gas por Trump. Hiperinflación inducida por el asedio, interrupciones de servicio eléctrico por la iguana, teléfonos CANTV muertos por…. ¿recuerdan cuando Uribe era el culpable de todos nuestros males?

Pura excusa. No asumen sus responsabilidades. Por cierto, ¿usted recuerda una, una sola medida, una sola, que haya propuesto el gobierno para acabar con esta hiperinflación que nos deshace? Nada, puros miserables bonos, o cuentos burlones como las gotas de José Gregorio. ¿Qué diría el ilustre médico?

Seriedad señores, que el problema venezolano es de sobrevivencia.

LOS BOTADOS DE PDVSA

Sí, nos referimos a los veinte mil expulsados ilegalmente de la otrora pujante empresa petrolera. Casi la mitad del personal hace diez y siete años.

Al poco tiempo de esa medida, un amigo me dijo: Rafael los botaron de Pdvsa y no pasó nada.

–      No ha pasado nada, todavía – le aclaré. Cuando tu expulsas de su trabajo al que limpia, al otro día amanece sucia la oficina; pero cuando botas a los equipos que planifican y ejecutan la operación y el mantenimiento, estás gestando un desastre que tarda su tiempo en manifestarse plenamente.

Y llego el tiempo. Sin equipos técnicos las refinerías se fueron desmoronando y la Pdvsa otrora exportadora de gasolina y de gasoil, no puede ni de lejos satisfacer las necesidades de transporte, industrias y electricidad de los venezolanos.  Sin técnicos los pozos fueron disminuyendo su producción y en lugar de los pujantes seis millones de barriles diarios contemplados en los planes, ni siquiera pudieron mantener los tres millones existentes y bajaron hasta vergonzoso menos de medio millón.

Ni un taladro activo y los campos desvalijados. Pavorosas las fotos de las instalaciones de un Cied destruido seguramente por el bloqueo criminal, o de los otrora campos residenciales que dan imágenes de post guerra.  Debe ser culpa de Trump y no de la desidia, la corrupción y la estrategia de destrucción que ha caracterizado la gestión de la “revolución”.

Igual sucede con el gas. La falta de gerencia y de mantenimiento hace que el gas desperdicie y se arroje por los mechurrios.

¿A quién culpará la “revolución” por los cauchos lisos de las gandolas sucias, accidentadas, volteadas; o por las bombonas de gas que explotan ya casi de rutina…? Cero en mantenimiento.

Asuman su responsabilidad. La culpa de las colas para el gasoil, de la paralización del transporte y la posible consecuencia de escasez de alimentos en los mercados del país y la agudización de la ya altísima desnutrición, es del gobierno. Una política de destrucción de veinte años que ha colocado a Venezuela en la quilla.

El origen de la escasez de combustible está en la botada de los veinte ml trabajadores de Pdvsa. Insistimos, como botar a los médicos de un hospital, ¿quién opera?; a los campesinos de una finca, ¿quién siembra?; o a los deportistas de una competencia, ¿quién compite?

Expulsaron la mitad de los técnicos de Pdvsa, entonces ¿quién fabrica la gasolina y el diésel?  ¿Milagro petrolero como las gotas para el covid?

¿Recuerdan el pito de Chávez botando a siete trabajadores de Pdvsa? O al mismo “gigante” diciendo: Yo provoqué el paro, yo tenía que tomar esa colina que era Pdvsa.  Ergo, ¿de quién es la culpa de la falta de gasoil, o de gasolina, o de gas? Culpa es de quienes expulsaron a los veinte mil trabajadores de Pdvsa. No busque más.

Y además, estemos claros en que esa es la estrategia del gobierno. El modelo cubano: destruirte para comerte mejor y permanecer forever en el poder

LAS SANCIONES

Sincerémonos. El primero que se preocuparía si quitaran las sanciones …es el mismísimo gobierno.  ¿Qué excusa darían para justificar este desastre? ¿A quién culparían?

¿Sin sanciones repararían las refinerías? ¿Sin sanciones producirían más gasolina, gasoil, diésel, petróleo y gas? ¿Sin sanciones atraerían inversiones y generarían confianza para que se arriesgaran miles de millones de dólares? ¿Sin sanciones harían elecciones transparentes?

¿Sin sanciones elevarían los casi inexistentes sueldos y pensiones que son cien veces inferiores a cualquier ingreso pobre de cualquier país subdesarrollado, mil veces inferiores a los de los explotados por el oprobioso capitalismo de los Estados Unidos, y hasta cuarenta veces menores que los del exprimido pueblo cubano?

Sin sanciones lo único que se les acabaría es la excusa. La verdadera causa de este desastre es Exprópiese, Empresa parada empresa tomada, el pito, las invasiones, el millardito, la hegemonía comunicacional, la diáspora que se llevó de Venezuela la materia prima más joven y preparada para la recuperación del país, el enchufismo leninismo… y nada de eso se supera eliminando las sanciones.

Seriedad señores, que un país deshilachado no le sirve a nadie, ni siquiera a los estrategas de la destrucción.

Sin excusas y sin parchetes, Venezuela necesita un liderazgo que sea capaz de afrontar la reconstrucción. Y antes de que sea muy tarde, de que se deshaga el país.

Esta columna se publica en los medios digitales El Diario de Caracas e Informe 21, así como en la revista Petroleum.

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