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2021, ¿MÁS LUZ, O… APAGA LA LUZ?


El título de esta crónica se refiere a las últimas palabras pronunciadas por dos personajes antagónicos, Goethe y Bin Laden, que reflejan no solo la trayectoria de sus vidas, sino dos modelos muy diferentes para asumirla.

“Luz, más luz”, se dice que la última frase pronunciada por Wolfgang Goethe, el gran autor alemán. Tal vez como expresó alguien en sorna y seguramente con una dosis de realismo, lo que pedía el alemán ya moribundo era que abrieran las cortinas para que entrara más claridad o algo así, porque la verdad es que suena irreal por no decir cursi, fallecer con una proclama en los labios. Sin embargo, la frase va en línea con la vida de Goethe, que fue un maravilloso intento por alumbrar la existencia de sus contemporáneos. Un literato tope de su tiempo. Su inmortal “Fausto” muestra la complejidad y fragilidad del espíritu humano. Nos indica que todo hombre tiene su precio a la hora de sucumbir a las tentaciones, y que, si uno procede de buena fe lo perdona hasta el demonio.

Por otra parte, “apaga la luz” fueron las últimas palabras de Osama Bin Laden. Se las dijo a su esposa cuando oyó en su casa los ruidos anormales que lo llevarían a la muerte. Tal vez fue su última “proclama”. ¿Alguien duda que Bin Laden es por lo menos una buena antítesis de Goethe? 

He ahí dos frases de dos individuos, uno benefactor y otro malhechor de la humanidad, que reflejan la actitud que se puede tener ante la vida:  Más luz… o, Apaga la luz.

Los venezolanos en esta hora tan menguada, la peor de la historia de la república, estamos obligados a definir si apagamos la luz o si bregamos por más luz. Ser o no ser. Luz o no luz.

APAGA LA LUZ

Pocas frases finales pegan tanto con la vida como la de Bin Laden, un hombre que sembró oscuridad y terror. Que dejó al mundo más oscuro que como lo encontró.

Decir “apaga la luz” más que una frase es una actitud y quién lo duda, la favorita del gobierno. Lo apagaron todo. Apagaron a Venezuela. Como si Bin Laden les hubiera dado la orden: “Apaga la luz … de Venezuela”. No voy a repetir la cantaleta que todos padecemos de un país destruido, hambriento, sin moneda, sin ingresos, sin agua… sin luz.

Apagaron la luz en las parlamentarias cuando anularon a los liderazgos de los partidos opositores, nombraron “su” CNE y de manera inconsulta y ampliaron el número de diputados. Así “ganaron” la Asamblea Nacional (tal vez la única luz que había al final del túnel). Ahora Venezuela anda a tientas y ojalá no nos acostumbremos. Como en el “Ensayo sobre la ceguera” del Premio Nobel Saramago, los venezolanos nos fuimos quedando ciegos poco a poco, uno tras otro. Lo bueno de esa novela es que de pronto todos fueron recuperando la vista paulatinamente. Un final feliz.

En esta hora aciaga lo peor que podemos hacer ese 85% de venezolanos que queremos superar este estado de cosas, es apagar la luz e irnos. No me refiero a la diáspora que se lleva a la patria en el corazón, sino a los que independientemente de dónde estén, asumen actitudes negativas y oscuras que no ayudan a recuperar la democracia.  Eso es lo que quiere esta “revolución”, cuyo desiderátum ha sido destruir a Venezuela para comerte mejor. Como en Cuba, Corea del Norte…

LUZ, MÁS LUZ

¿Y cómo pedimos (o mejor, bregamos) más luz? Por supuesto con una actitud personal imitadora de César con aquello de quien no espera vencer está vencido, o de Bolívar en Pativilca cuando enfermo y derrotado al preguntarle que pensaba hacer dijo Triunfar. A pesar de tanta derrota hay que esperar la victoria como la única alternativa. Hay que olvidar que el Libertador perdió batallas por años … hasta que comenzó a ganar. Así es la política.

Ya comenzaremos a ganar.

Pedir más luz significa que los opositores reconozcamos, sin buscar culpables sino soluciones, los errores que hemos cometido y que por eso estamos donde estamos. Y ante estos resultados, replantear a fondo la estrategia para recuperar la democracia. Unidad y Estrategia.

Unidad, ¿hasta cuándo van a seguir separados todos los liderazgos? La suerte de uno es la de todos. Debemos pedir, una vez más a todo el liderazgo conocido, que se siente alrededor de una mesa y no se levante hasta diseñar una estrategia común. Guaidó, Ramos Allup, López, María Corina, Capriles, Ledezma y todos los que quieran de verdad reimplantar la Democracia.

¿Difícil?, Cierto; pero más duro es hacer que la revolución se eternice aplicando exitosamente la fórmula divide y reinarás. ¿Hasta cuándo?

¿O es que vamos a seguir creyendo que Betancourt, Caldera, Villalba y Machado eran gatos del mismo saco?, ¿O que Frei, Lagos, Piñera y Bachelet no tenían diferencias profundas? ¿O Bolívar y Morillo? ¿Nuestra realidad es más dura que la del Viet Nam, que se sentó a negociar en plena guerra?

Entendamos, la Unidad se hace entre diferentes, porque si fuéramos iguales estaríamos todos en el mismo partido. Es indispensable organizarse alrededor del objetivo común de reimplantar la democracia. 

Al país hay que plantearle estrategias asertivas (ya basta de actitudes hippies que no llevan a ningún lado) en referencia a las elecciones de gobernadores y alcaldes; y en referencia al revocatorio. Hay que discutir lo que se espera de las políticas de Biden con la “revolución”.  ¿Qué hacer, qué hacer, qué hacer? … todos, unidos, en este este 2021. Hay que evitar que el gobierno alcance el triste récord (para los venezolanos) de los 27 años del gomecismo en el poder.

Lo demás, es apagar la luz. Y pensar que algunos hasta se jactarán de hacerlo con su propio con su propio suiche…

Venezuela urge de un liderazgo Unido y Asertivo. Los que no den la talla que se aparten.  

Un liderazgo que sea capaz de alumbrar la esperanza, de movilizar a la ciudadanía y de mostrar un camino.

Luz, más luz.

PD: Este año se cumplen 200 años de Carabobo y 300 de la Universidad Central, por cierto, diseñada para vencer las sombras.  Ojalá celebremos estas fechas más cerca de Goethe que de Bin Laden.  

Feliz 2021.

Esta columna es publicada en diarios Informe 21 y Diario de Caracas, y en la revista Petroleum.

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.