Blog. 453

CHAO PDVSA

Por: Rafael Gallegos


 

Cuando el régimen chavista despidió ilegalmente a 23.000 técnicos de la industria petrolera, estaba despidiendo a Pdvsa… de Venezuela. Con un pito que a algunos habrá parecido gracioso, Chávez  botó a siete gerentes de Pdvsa como  preámbulo de la hecatombe que vendría. Si Jorge Luis Borges hubiera presenciado esa “pitada”, con toda seguridad la habría incluido en  su “Historia Universal de la infamia”. ¿Podemos imaginar a Trump con un pito botando a los técnicos de la Nasa?

Tamaña descerebración no podía pasar sin consecuencias. Mataron a la gallina de los huevos de oro y la tragedia que hoy padecen es que se quedaron sin huevos para malbaratar.

¿Recuerdan aquella serie de Maraven “Petróleo en gotas”, donde nos enseñaban por ejemplo, cómo los petroleros venezolanos buscaban petróleo por satélite? Bueno, la “revolución” le ha cambiado la tónica a la serie y ahora se llama “Gasolina en gotas”, un reality  show donde el actor es usted cuando hace gigantescas y eternas colas para que le den unas gotas de gasolina.

Después de haber procesado por años más de un millón de barriles en las refinerías venezolanas hoy se alegran, y hasta se jactan de “triunfo contra el imperio” y todas esas cosas,  cuando Cardón o El Palito procesan de manera irregular algunas pocas decenas de miles de barriles. Algo así como si el triple coronado   Miguel Cabrera celebrara – y se jactara- con un hit  al cuadro que le elevara el promedio digamos a 200. ¡Habrase visto!

“Gasolina en gotas”, un reality show  que además incluye colas para el gas de bombona, o búsqueda de leña para cocinar, o largos cortes de energía eléctrica, o búsqueda de velas…  También incluye esta escasez de divisas que ha provocado la desaparición de importaciones, la hiperinflación y los sueldos de hambre que nos han colocado al nivel de quinto mundo.

Hay que insistir en que no hay gasolina porque la “revolución” dañó las refinerías. No hay gas en las bombonas porque la porque los sesudos administradores de Pdvsa  tienen  semiparalizadas las plantas respectivas; no hay electricidad porque no hay combustible para las disminuidas plantas eléctricas, además del daño al Guri, obra que construyó la democracia y destruyó la “revolución”.  Y claro no hay divisas porque no hay casi producción de petróleo. Y no hay producción de petróleo porque los barriles no se generan con fichas socialistas sino con técnicos que deben obedecer patrones meritocráticos para ser eficientes.

Aunque usted no lo crea la  Pdvsa roja da pérdidas. ¿Qué diría Rockefeller el de la frase que una empresa petrolera es el mejor negocio del mundo?  Ya estamos llegando a niveles de producción  del Congo. ¿Qué tal? Somos el décimo productor de la OPEP. Cuando deberíamos ser, de acuerdo a los planes de la República Civil y hasta del pomposo y fallido Plan oficial Siembra Petrolera, el segundo productor de la OPEP y el cuarto del mundo. Hoy Pdvsa produce… quince veces menos que lo contemplado en el plan…

La destrucción de Pdvsa no debe quedar impune. La corrupción ha sido tan grande que ellos mismos se meten presos.

VORÁGINE PETROLERA

Tenía que tomar esa colina que era Pdvsa – dijo Chávez jactándose de haber ganado la “batalla” contra los técnicos botados.  Cabe preguntarse, ¿para qué quería el comandante esa colina?, ¿para dirigir desde allí la destrucción?

No lo dude, la respuesta es sí. Un desiderátum de la “revolución” era destruir la industria petrolera. Muy simple, al comunismo no le conviene un país productor de seis millones de barriles de petróleo porque ello significa  miles de millones de dólares en manos privadas que generan poder económico y alternabilidad. Y eso no lo quería la “revolución” que como percibimos, quiere eternizarse a cualquier costo en el poder siguiendo el modelo cubano.

Tal vez en su destrucción se hubieran conformado con un moderado país que produjera digamos un millón de barriles y suficiente gasolina para Venezuela  y los jefes y panas de Cuba. Pero se les fue la mano. Los agarró una vorágine de destrucción. Por ello nos han convertido, por ahora, en un país ex petrolero.

Se les fue la mano y ahora le echan la culpa a las sanciones. A Trump como si él hubiera destruido las refinerías o acabado con la producción. O a los europeos como si sus sanciones hubieran provocado la hasta ahora impune explosión de Amuay. Algo afectan las sanciones; pero que quede claro, son apenas la guinda de una gigantesca torta puesta por ellos.

El desiderátum contempla la destrucción de Pdvsa, Chao Pdvsa. Y la destrucción del país, Chao Venezuela.

Por ello no es casual que Venezuela haya llegado  a vergonzosos niveles  de pobreza. Según Encovi, la pobreza extrema en Venezuela es del 79 %. Es decir: cuatro de cada cinco venezolanos no comen completo. Y el 30 % de nuestros niños padecen de desnutrición crónica. ¿Ese es el pomposo hombre nuevo? ¿Con limitaciones físicas y mentales que lo condenan a una vida de quinta categoría?   ¿Con menos talla y menos expectativa de vida? Vergonzosamente somos  el país más pobre de América Latina. Cual alquimistas al revés, los “revolucionarios” han transformado el petróleo en hambre.

¿Para eso era la “revolución”? ¿Para provocar la primera hambruna petrolera de la historia? ¿Para qué quieren ganar las parlamentarias? ¿Para llevarnos al 95 de pobreza extrema? Claro, los 5 % restantes serían los enchufados.

El gobierno se va pareciendo a aquel palacio presidencial de Haití antes del terremoto. Un lujo rodeado de miseria.

Pueblo hambriento solicita liderazgo unitario capaz de organizar a la población y reconstruir el país. Abstenerse los líderes como los de Bizancio,  que mientras les tumbaban los muros  de la ciudad a cañonazos se reunían para pelear entre ellos y discutir acaloradamente temas irrelevantes como el sexo de los ángeles, el tamaño de los pelos del pubis o los decibeles de las carcajadas del diablo…

… y rápido, antes de que seamos un ex país. Venezuela requiere urgentemente un cambio de modelo económico y político.

Es la  hora de decir: Hola Venezuela

Esta columna es publicada en diarios  Informe 21 y Diario de Caracas, y en la revista  Petroleum.

 

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CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.