Aquí y ahora

Reinaldo Quintero | quinteror@argosmro.com

Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela


 

Reinaldo Quintero

Comenzando un nuevo año y una nueva década, el 2021 se visualiza como un periodo muy movido para el negocio de los hidrocarburos. La inminente recuperación de la movilidad social ante la expectativa y la aplicación efectiva de la vacuna contra el COVID-19, y la adaptación y tecnologías ante la nueva realidad, implican la necesidad   de acelerar los cambios necesarios que, a corto plazo, son requeridos para que los países y sus economías sigan operativos y respondan a la caída de sus PIB durante el 2020. El obejtivo debe ser que podamos atender la demanda de bienes y servicios que requieren no solo nuestras poblaciones sino también las regiones y el resto de la humanidad.

Nuestra Nación, en medio de estas circunstancias globales, sin haber estado preparada para la transición del modelo rentista hacia una verdadera economía de servicio, debe lograr los ajustes en medio de una agenda política compleja. Se han tomado algunas medidas económicas, pero es imperante consolidar la confianza necesaria para que el sector público y el privado avancen con las acciones y proyectos requeridos para lograr los objetivos.

Seguiremos lidiando con dos tiempos: a corto plazo, aquí y ahora, tenemos que resolver los temas de orden técnico y operativo con los recursos que disponemos, con énfasis a atender el carácter humanitario de la distribución de combustible y el impacto que tiene en el transporte público, agroindustrias, procesamiento, tratamiento y distribución de alimentos y medicinas, la generación de energía y demás usos de la población.

Mientras que a mediano plazo y en paralelo, es importante recuperar la producción a niveles que sean capaces de aportar un apalancamiento a la economía. Es decir, por lo menos un millón de barriles adicionales y, además, poner en funcionamiento el potencial de los campos de gas que requerimos tanto en los procesos industriales, como los de uso doméstico.

Para estos fines, necesitamos consolidar la confianza para atender al más corto plazo el potencial de inversión privada, tanto nacional como internacional, en las unidades de producción y refinación, incorporando los nuevos modelos de negocios planteados ante la administración pública. Adicionalmente, se propone darle salida y viabilidad a la cartera de proyectos, recuperar los recursos disponibles y con esto lograr la continuidad de una economía de servicio estructurada sobre modelos de negocio auto regenerativos y sustentables. Es decir, activar una economía con el mayor contenido de recursos propios y locales, capaz de crear puestos de trabajo con progreso, sentido de permanencia, tecnología y conocimientos para todo el tejido social.

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