Alternabilidad o Dictadura | Blog  423


 

El poder es una droga y un laberinto.

Una droga que insensibiliza el ego hasta hacer que los mandatarios alucinen y pierdan el sentido de la realidad. Que se crean el mito que de ellos hacen los infaltables felicitadores. Superhombres, indispensables, mesiánicos.

CAP confiando en su demostrada magia entre las masas, dijo: “sólo Pinochet y yo podemos implantar un paquete económico”…  el 27 F se encargó de contradecirlo.

– No puede ser que mi pueblo me haga esto – dicen que casi desvariaba cuando se enteró del caracazo.

Salvador Allende creía que él, nada menos que presidente revolucionario de Chile, tenía una mano mágica y que contra su imagen,  los militares no se atreverían. ¿Dónde está Pinochet? – preguntó el día del golpe, en pleno tiroteo contra La Moneda. Dónde estaba su amigo Pinochet, el que le cantaba su grandeza y le juraba lealtad.

-Afuera presidente, el general Pinochet es el que está disparando – le respondieron.

Tal vez en ese momento, Allende regresó de su mito.

Igualmente el poder es un laberinto. En ocasiones los mandatarios no consiguen la puerta de salida, o no la quieren conseguir, o los  subalternos no los dejan cruzarla por aquello que el jefe se va y ellos quedan pagando los platos rotos con expropiaciones y prisión. Sobre todo cuando la gestión se caracteriza por corrupción y crímenes.

Las sociedades democráticas, conscientes de la droga que significa el poder, lo limitan. Por ejemplo, en Estados Unidos un presidente no pude gobernar por más de ocho años. Termina y se retira de la cotidianidad política. Por ello observamos al presidente Clinton, con sus 73 años, o al presidente Obama, quien ni siquiera llega a los 60, totalmente retirados de los cargos y sin otra aspiración política que servir de orientadores, o embajadores de buena voluntad a su nación.

En cambio en las autocracias, los líderes se creen mesías y quieren permanecer para toda el vida en el poder. Algunos lo logran y mueren en su cama, llorados y rodeados de sus familiares, amigos, adláteres y aduladores. Tal es el caso de Juan Vicente Gómez, Hugo Chávez, Fidel Castro o Francisco Franco.

A otros les falla el intento de eternización, como a Fujimori, quien sacó a Perú del marasmo y lo puso a crecer, derrotando además a Sendero Luminoso. Logró paz y prosperidad en diez años. Quiso reelegirse por segunda vez  y el pueblo lo sacó. Hoy está preso y solo. Rafael Correa también hizo la intentona de eternización y no lo dejaron.

Lo de Evo Morales pasa a la historia. Le dijeron NO en referéndum. Gestionó su nueva candidatura con “su” Tribunal Supremo. Se lanzó. No lo satisfacían los primeros escrutinios. Suspendió  el conteo por 23 horas y… sorpresa, comenzó a ganar sin necesidad de segunda vuelta. La empresa responsable del conteo y la OEA dijeron que esa elección no tenía soporte válido. Es decir que los resultados eran fraudulentos. Los militares demócratas, cumpliendo su deber de garantes de la Constitución, le pidieron la renuncia. Renunció y hoy está en México. Miembros del el Consejo Electoral fueron encarcelados. Si Evo regresare tendría que enfrentar acusaciones de fraude.

VENEZUELA  HASTA 1958

El socialismo del s XXI no es el primer ejemplo de eternización de los poderosos. Por allá en los cincuentas del s XIX, los Monagas, con su Constitución que “servía para todo” se turnaron en la presidencia. José Tadeo, José Gregorio, José Ruperto.   Más adelante Guzmán Blanco estuvo en el poder 17 años interrumpidos por presidentes que le cuidaban “el coroto” por dos años. Mande usted –  le decían los aguerridos diputados a su general presidente para acomodarle “su” Constitución.

Joaquín Crespo tumbó a Andueza Palacios porque quería cambiar la Constitución para quedarse cuatro años… y se quedó seis.

Gómez llegó al poder por cuatro años y no había reelección. Por supuesto la cambió y se quedó por 27 años. Claro, ayudado por presidentes provisionales con un poder tan vergonzoso que el pueblo decía: el presidente vive en Caracas; pero el que manda está en Maracay.

Sabidos son los dos fraudes de Pérez Jiménez. En el primero exilió al jefe del partido ganador Jóvito Villalba. En ambos, hizo como Evo, paralizó los conteos y milagro electoral… se volearon los resultados.

Hay que reconocer que López Contreras se bajó el período electoral de siete a cinco años. Y que Betancourt no quiso ir la tercera vez teniendo el triunfo en sus manos.

REPÚBLICA CIVIL

La Constitución de 1961 permitía la reelección luego de diez años. Y fue peor el remedio que la enfermedad. Los presidentes CAP y Caldera no se retiraron de la política electoral y afectaron el relevo generacional. La sombra de un presidente es gigantesca a la hora de competir. Líderes como Eduardo Fernández, Álvarez Paz, Claudio Fermín o Andrés Velásquez se quedaron en las puertas de Miraflores. Seguramente, y sin entrar en juicio de valores, hubieran realizado gobiernos modernos y con capacidad de hacer los cambios necesarios en armonía. Tal vez hubieran evitado el desencanto, estancamiento y marasmo que se reflejó en partidos debilitados que generaron simpatía por el 4F y por el candidato Hugo Chávez.

LOS PRESIDENTES “FOREVER”

Esta historia es reciente. La Constitución del 2000, contempló en primera instancia períodos de seis años con una sola reelección, tipo Francia. Cuando se acercaba la fecha de salida de Chávez, se hizo un referéndum y ganó el NO.  Chávez tenía que irse. A lo Evo, “su” TSJ lo salvó. Permitió, contradiciendo la letra de la Constitución, un segundo referéndum en el mismo período. Ganó el gobierno. Fue Jefe de Estado hasta su deceso. Hoy Maduro puede participar de por vida en elecciones seguidas. Súper poderes que alimentan  mesías y corroen la democracia.

¿QUÉ HACER?

En Venezuela es imperativo “bajarle dos” al presidencialismo. Si hay reelección, que sea continua y por una sola vez,  y tal vez implantar la segunda vuelta. Además, distribuir las atribuciones presidenciales con la Asamblea, que por cierto, debe ser Congreso y  además bicameral.

En el siglo XIX los caudillos regionales gobernaron a Venezuela. En el XX y lo que va del XXI ha habido varios mesías que sólo han significado atraso y destrucción.  Parecemos seguir al caletre el pasaje de La Trepadora de Gallegos, cuando nace un bebé y el orgulloso padre dice que le pondrá un machete en la mano para que sea presidente de la república. Presidencias a machetazos.

Hay que entender que el presidente es un ciudadano más. Que no es el dueño del país sino el administrador de la Ley. Y que cuando termine su período, se tiene que ir para su casa. En los países desarrollados cambian al líder y no pasa nada, porque lo importante es el liderazgo.

Hay mucho que aprender de Cincinato, aquel gobernante romano que al finalizar su labor, se retiró a su arado y no hubo manera de  hacer que regresara.

Las reelecciones eternas asfaltan el camino de las autocracias. Verbigracia lo que hoy acontece con los gobiernos llamados izquierdistas.

 

 

CURRICULUM VITAE / RAFAEL GALLEGOS CASTRO

Ingeniero de petróleo, Consultor Gerencial Independiente, Facilitador de talleres a empresas y columnista semanal en la prensa nacional. Ha dictado alrededor de 400 talleres de Gerencia y de Petróleo. Consultor Gerencial.

Profesor invitado en el Programa Internacional de Gerencia de Hidrocarburos en el IESA. Profesor invitado en programa de CENDECO Entorno Social, en la Universidad Metropolitana. Coordinador De Diplomado “Diplomacias, Petróleo y otras formas de Energía”, en la UCV. Coordinador Del Diplomado “Venezuela Energética” en la UCAB. Charlista de “El entorno como componente estratégico del negocio” ante ejecutivos de PEMEX en Villahermosa, México.

Trabajó 23 años en PDVSA donde se desempeño como operador en los campos petroleros e ingeniero de yacimientos y de planificación en las áreas de Oriente, Zulia y Barinas y Apure. Fungió Jefe de Planificación de Operaciones en Corpoven Barinas, Consultor Gerencial de Mejoramiento Continuo de Corpoven, Líder de Inversión Social de PDVSA EyP, Gerente de Asuntos Públicos de PDVSA SUR, Gerente General de AC Voluntariado de PDVSA y líder de proyecto de microempresarios del CIED ( COFIE oriente).

Coautor (en conjunto con Eddie Ramírez) del libro: “Petróleo y gas, el caso Venezuela”, año 2015. Ha sido coautor de libros/compilación de diversos autores acerca de Gerencia y Responsabilidad Social. Columnista semanal del Diario 2001 desde el año 2005 hasta el 2011. Actualmente publica artículos semanales en su Blog “Petróleo sin Reservas”, que son reproducidos en los periódicos digitales de Estados Unidos: Informe21, Diario de Caracas y El Punto News.

Se graduó de Ingeniero de Petróleo en la UCV en 1979 y realizó estudios parciales de postgrado en Finanzas en la misma universidad en los años 1983 y 1984.

Es miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP), del sindicato de trabajadores petroleros Unapetrol, miembro Fundador del Centro de Orientación de Energia (COENER), y miembro del Equipo Coordinador de Gente del Petróleo.